Ella no es tan fácil de conseguir. Sus verdes cabellos en mis sueños, me instan a buscarla, cubierta de un traje hecho de papel de arroz con el que la envolvíamos por el frió, o de una transparente celulosa, cuando quiere demostrarnos osadía. Su piel es clara, casi amarilla, pero suave como las hojas de primavera.
Cuando me despierto, exaltado, corro tras ella, quiero encontrarla, abro todas las puertas pero están vacías,
solo veo una maceta sin planta, con indicio de haber sido arrancada hasta la ultima hoja, con alevosía, con desesperación.
NO LA ENCUENTRO... el pesar me invade y el miedo a perderle
me hace sudar como un barraco.
Tal vez se fue con otro, porque nunca ha sido fiel. Estará ardiendo en manos
del primero que le de lo que le pida.
Su aroma alivia mi pesar. Se impregna en las paredes del hogar.
Aún recuerdo su mirada que enrojecía mis ojos, hay tanto fuego en su ser...
Tan solo con respirar un mínimo momento su piel, devolvía mi alegría y en mi mente surgían mundos
de colores y armonía.
Parece que sacrificara su propia vida para entregar felicidad a quien lo necesitaba, pero nunca la vi cobrando por esos favores.
El sistema es el que la enloquece, siempre en sus labios existía una palabra que
daba en el clavo a las injusticias.
Sus gritos hoy se escuchaban en las pesadillas de muchos, mas siempre quedaba
su dulce sabor en nuestras bocas como un profundo beso
de despedida.
Se que no le gustaba alejarse, sin embargo, debía hacerlo para ocultarse de
quienes la reprimían.
Se marcho a otros sitios, recorrió ciudades y países que permitían su presencia,
sus gritos, objeciones y protestas
que cabrxs como yo la seguían y solidarizaban con su causa.
No tengo la menor idea del delito que cometió, porque así
la hacían ver, como una asesina, una prófuga de la justicia.
Hasta que regreso, con sentimientos e ideas nuevas,
así que juntamos a la población que estaba
a su favor, y en la calle seguimos su magnética corriente...
Intentábamos ocultarla entre la multitud y nos teñimos de verde
como el natural de su pelo...
ESE DÍA ARDIÓ EL ODIO DE LA POLICÍA, agarrándonos a lumazos
y esas balas que generaban pánico en la muchedumbre.
Los veíamos como gigantes con
sus armaduras de acero.
impulsos tan eléctricos que nuestros cerebros
dictaban a llantos que nos armáramos
ViOLeNtAmEnTe.
Fue entre tanta furia que a piedrazos y bombas lográbamos
dispersar a los terroristas y se encendieron barricadas contra la represión.
Formamos escudos de fuego, parafina y humo, mientras tanto mujeres y hombres trataban de mantener
en pie a nuestra amiga,
compañera
y amante.
Siempre pisó firme hasta el ultimo paso, cuando nos reunió y dijo:
-Es el momento que escojo para mi muerte, es como y cuando desee morir, entre ustedes estoy yo.
Permaneceré viva
entre agua y
tierra,
mientras
el sol acaricie cada
parte de mi cuerpo.
Caeré suavemente entre los brazos
de quienes me defendieron y aquellos que me dejaron
crecer libremente entre las otras plantas,
quienes me dejaron atravesar sus mentes y cuerpos.
y quienes palpen mis cenizas
engendraran mi salvia..."
Vi quemarse cada parte de su cuerpo, porque su alma nadie la arrebato; sus secos
cabellos verdes enrojecieron en cada punta,
como cuando solíamos verle de joven.
Se consumió
Se consumió
rápidamente y nos dejo
una alegría embriagante, un orgasmo colectivo,
el suspiro que nos robaba cada vez que se marchaba, para ser compartida entre quienes
alucinábamos con suexistenciA...
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